2020-08-29 | Escribe Juan Ignacio Di Placido
Jorge y Palermo habitan el Vaticano: una usina hidráulica abandonada del siglo XIX en las afueras de Ensenada, provincia de Buenos Aires.
La concepción temporal del lugar no es la misma dentro que fuera del vaticano. La falta de electricidad y gas hace que, tengan que recurrir a prácticas casi medievales para abastecerse. No hay un mismo lenguaje entre ambos protagonistas: Palermo es analfabeto, y vivió toda su vida en la calle. En cambio Jorge sufrió en su pasado pero de otro modo, y aún tiene marcas que jamás podrá borrar. No hay concordancia entre ambos protagonistas. Un hecho desafortunado los distancia aún más. El Vaticano es una lucha de superación de dos personas totalmente opuestas, en un lugar agreste, y ante una sociedad que decide marginarlos.
Corría el año 2014 y me encontraba realizando un taller de Fotoperiodismo en un espacio cultural del barrio de Boedo llamado "La Pajarera". El taller lo dictaban fotografxs miembros de SUB Cooperativa, y luego de varios encuentros llegó el turno de conocer a la fotografa Gisela Volá. Ella vino para abordar la temática del retrato, y nos propuso su desafío: "Retrato a un desconocido". Básicamente, el ejercicio constaba de buscar una conexión con alguien que desconociéramos para poder reflejarlo a través de la fotografía.
En ese entonces trabajaba en la ciudad de Berisso, y en el viaje cotidiano desde Ensenada, llamaba mi atención una persona que se encontraba en situación de calle, en el acceso a la destilería de YPF. El Ruso Sandoval se transformó en ese desconocido con quien conectar para poder indagar en su historia. Tan sólo una charla bastó para conocerlo y saber su relato. Víctima del neoliberalismo explícito en la década del 90, perdió su puesto laboral en "la empresa", como denomina a YPF, por acceder a la ley de retiro voluntario y desde aquel entonces (1991) se aloja en la puerta de la destilería, aguardando que vuelvan a llamarlo para ocupar una vacante.
Es complejo el ejercicio de intentar conectar con una persona que vive hace 30 años en situación de calle, al margen de cualquier sistema de servicios, arraigado fuertemente a un lugar que pertenece indefectiblemente a su historia.
A raíz de esto, surgió la posibilidad de realizar un mural con el mismo retrato de "El Ruso", con la intención de reivindicar los tantos Sandovales que perdieron el acceso al trabajo digno, producto de políticas neoliberales que desconocen las devastadoras consecuencias que desencadenan. El mural, pueden verlo aún sobre la estación "Destilería", arrasado por el paso del tiempo, en el mismo lugar donde aún El Ruso Sandoval sigue pasando sus días, frente a Baradero 778.
Esta historia, dispara otra similar, a pocos metros del lugar en una Usina Hidráulica abandonada, frente a la cabecera del Puerto La Plata, ubicado sobre la línea que separa Berisso de Ensenada.
Sin saber que el lugar se encontraba habitado, decidí ingresar para registrar la construcción de principios del Siglo pasado. El lugar servía para abastecer de energía las luminarias del Puerto, y a través de un sistema de poleas, movilizaba guinches y lingas para actividades varias.
En el lugar se encontraba Jorge, una persona de aproximadamente 65 años que ofició de guía turístico, haciendo hincapié en que el lugar se encontraba deshabitado y en que no quería molestarme mientras tomaba algunas fotografías. Por mi parte, mostré interés en que él se quedara y me cuente un poco sobre él, quien en definitiva habitaba aquel lugar. Charlamos con algunos mates de por medio, y se ofreció a ser retratado.
En el año 2015, comencé un taller sobre retrato en la TAE coordinado por Luciana Demichelis. La relación con Jorge creció. Iba a visitarlo a menudo, semanalmente, y le llevaba algunos libros ya que le gustaba leer. Jorge no estaba solo en su estadía, vivía acompañado de Jorge. Si, dos Jorges, totalmente opuestos en su idiosincrasia, con 30 años de diferencia entre sí, y con acceso a oportunidades diferentes se cruzan en una confusa situación y comienzan a convivir.
A raíz del retrato al Ruso Sandoval, aparece Gonzalo Almeida, amigo y cineasta, quien se muestra sumamente interesado en poder narrar audiovisualmente la historia del Ruso, sin saber que en definitiva, serían Los Jorges quienes terminarían contando su historia.
Fue un proceso de conexión arduo, en donde la confianza mutua se hizo eje en el grupo y desde allí el proyecto fue tomando forma en el propio tránsito del mismo. Más allá del proyecto audiovisual en si, la conexión humana es prioritaria. Compartir el entorno común, un plato de comida, vivir historias muy íntimas que afloran en contextos adversos, son el sustento para abordar el compromiso que implica dicha conexión.
El Vaticano, como el joven Jorge, más conocido por Palermo, denomina a la construcción que los cobija, devino en el título para el documental que narra la relación entre ambos protagonistas en su día a día.
En paralelo, la serie Los Jorges surge del taller coordinado por Luciana Demichelis como un trabajo que intenta enfocarse en lo que rodea a los protagonistas del film, realizado íntegramente con cámara analógica y películas de diversas sensibilidades. Allí, puede observarse una mirada diferente a la abordada en el documental, desde un lugar más contextual haciendo eje en los objetos y el entorno.
Todo este proyecto logra coronar, de alguna manera, con la aprobación por parte del INCAA y la posterior realización del documental de manera profesional, cumpliendo cuestiones legales y requisitos inexorables para poder ser.
La película es una producción de Perro Sudaka, dirigida por Gonzalo Almeida, que actualmente compite en la sección "Largometrajes Nacionales" dentro de la primera edición del FIDBA 2020 (Festival Internacional de Documentales Buenos Aires). La ópera prima ya está disponible para apreciarla de manera online a través de este link con validez hasta este lunes 31 de agosto.
Juan Ignacio Di Placido es fotógrafo y trabajador de las artes visuales. Moviliza desde Ensenada su proyecto Usina Gráfica y difunde sus fotografías analógicas desde Diplanalogico. Padre de la inigualable Carmela e hincha acérrimo de Boca.