Francisca P. Burgos: el valor de lo artesanal

2024-07-22 | Escribe Luciana Demichelis

Francisca P. Burgos es una artista chilena radicada en Barcelona. Su proyecto 'Parece que algo se rompió' fue realizado con imágenes de archivo y fotografía escenificada. Su maqueta, en formato casi único (sólo hay 3 de esa edición) fue creada de forma íntegra con experimentación en collage y diversos elementos de ingeniería del papel. Como nueva tallerista de nuestra plataforma, charlamos con ella sobre su rol migrante y las maneras autogestivas de llevar adelante la labor fotográfica.

¿Cómo es tu historia?

Mi historia es muy larga, pero el resumen es que soy del sur de Chile, crecí en la Patagonia, pero soy de padres nómadas por lo que siempre estuve por todo Chile. A los 12 años llegué a vivir a Madrid y estuve hasta los 21 que regresé a Chile, dónde estuve entre Patagonia, Valparaíso y Santiago. Actualmente vivo en Barcelona y mi historia en la fotografía ha ido un poco de la mano con la historia de vida. Estudié foto en efti en madrid el año 2009, después he ido haciendo residencias en Chile, Buenos Aires y España y tomando varios cursos en dirección de arte y con algunos fotógrafos que admiro mucho como Nelsón Garrido. Lo que más me gusta es crearme mi propio trabajo, crear proyectos y últimamente pongo mucho en valor los proyectos colaborativos, creo que es hermoso al construir en común con otrxs. 

¿Qué es FACzine?

Es una plataforma de difusión y distribución de fotografía chilena en Europa. Somos dos fotógrafas chilenas, yo y Verónica Garay. Juntas nos movemos en ferias, festivales y encuentros de fotografía principalmente en Barcelona, aunque nos estamos empezando a mover a otros lugares. Hace poco que estuvimos en Madrid por Fiebrephotobook. 

También hemos participado de encuentros de fotografía migrante y hemos realizado una exposición en Barcelona en el espacio Català Roca donde hicimos una muestra en muro y la exhibición de 4 libros de autores chilenos con temáticas muy variadas y distintas formas de abordar el proceso editorial, al cierre de la expo hicimos una videollamada con los autores y fue muy enriquecedor. Actualmente realizamos esporádicamente talleres que entregan herramientas distintas para la autoedición. 

¿Cómo llegaste a Barcelona y por qué?

Llegué a Barcelona porque mi vida en Chile se fue rompiendo de muchas formas y tengo la suerte de que mi madre vive hace muchos años en Barcelona, así que llegué a su casa. Fue todo muy fortuito, nada muy planeado. Las cosas se han ido dando de forma muy hermosa, conociendo gente, haciendo red y he ido trabajando para que eso ocurra también. 

¿Cómo empezaste a experimentar con la técnica del collage?

Siempre me ha gustado mucho experimentar con todo, me gusta la fotografía porque para mi se parece mucho a la pintura y a la literatura, artes que tampoco manejo del todo bien. Creo que en el collage se permite jugar mucho, puedes hacer posible cosas que en la realidad son imposibles, exagerar algunas partes, jugar con los tamaños, con el volumen. Me gusta mucho cuando la fotografía y las imágenes en general conversan con el material porque genera un nuevo lenguaje, es como profundizar en ti para conectar con un otro a través del collage o el fotomontaje en general.  

¿Cómo ves la fotografía migrante aquí en España? ¿Conocés otros proyectos que te interesen sobre el tema?

Desde que llegué a Barcelona la mayor red que he ido teniendo es de fotógrafxs migrantes principalmente, personas de latinoamerica en su mayoría. El colectivo Mitmaq nos ha ido presentando a otras personas que han ido ampliando la red. Está Atoq, un fotógrafo y agente cultural que ha abierto un espacio en su casa dónde realiza exposiciones, talleres y encuentros en el centro de Barcelona llamado Casa Paqarina. 

Hemos participado en encuentros de fotografía migrante donde se han conversado cosas muy enriquecedoras, es muy importante la red de apañe y contención. 

También hay redes de migrantes que no necesariamente se dedican a la fotografía, como fescultura, filmig, sabersmigrants,plataforma cero, la creatura u otros espacios que se dedican a la cultura en general, ya sea desde la literatura, artes gráficas o plásticas y son muy generosos a la hora de brindar un espacio. 

¿Cuál crees que es el espacio que se le da a la fotografía latinoamericana dentro de Europa? 

Creo que la “fotografía latinoamericana” no deja de ser una mirada extractivista incluso para mirarnos a nosotrxs mismxs. Siento que el espacio que se le entrega sigue siendo ese espacio cosificante de “el latino, la latina, el migrante, la migrante” sin poner en valor el trabajo indiferentemente del origen de ello. Siento que a veces se da el espacio para completar esa cuota de integración, mientras sigue siendo una mirada sesgada. Quizá no en todos los espacios se funciona así, pero el general de la mirada de los nortes es a esa caricaturización un poco de lo latino. 

¿Por qué te parece importante autopublicarse?

Me parece interesante de la autopublicación el hecho de controlar los procesos, de entender y aprender sobre los materiales y el por qué del uso que le das. 

Creo que va a depender de lo que aspire cada autor, si quieres ser un best seller y que tu trabajo llegue a todo el mundo, tienes que publicar con una editorial. Pero si tu interés es más el valor artesanal, el control del material, el valor de lo manual y el objeto en sí mismo, aunque sean menos cantidades. Si buscas ese valor de exclusividad creo que viene muy bien la autopublicación, ya que da mucho juego. 

También es un formato más democratico de circulación, con el fanzine puedes llegar a más personas, su precio puede ser muy económico. Creo que el fanzine y la autopublicación te desafían constantemente como autora en buscar una nueva forma creativa de materializar un proyecto fotográfico con enfoque editorial.